Tu hijo adolescente llega tarde a casa después de la escuela sin haberte avisado. O tal vez tu hijo más pequeño pone los ojos en blanco y te ignora cuando le pides que apague la televisión porque ya es hora de cenar.
Situaciones como estas son muy comunes, y representan una excelente oportunidad para enseñarles a tus hijos la importancia del respeto.
Ya sea que estés lidiando con un niño que constantemente responde con mala actitud o con uno que parece no mostrar interés en las reglas, aquí tienes tres maneras sencillas de fomentar el respeto en el hogar.
Modelar el respeto en casa
Con años de experiencia en consejería familiar y respaldado por investigaciones sobre el estilo de crianza con autoridad, el Dr. Daniel P. Huerta —vicepresidente de Familia y Juventud en Focus on the Family, aliado estratégico de HopeConnect™ en Español— explica la importancia del respeto en la dinámica familiar. En su libro Siete cualidades de una crianza efectiva, el Dr. Huerta comparte tres recomendaciones para enseñar a los hijos a practicar el respeto.
Como mamá o papá, tienes el privilegio de establecer el ambiente en tu hogar. Los niños imitan lo que ven en sus padres. El cambio comienza contigo. Puedes ayudar a tus hijos a desarrollar respeto hacia los demás cuando tú mismo modelas estas actitudes:
- Recordar lo que es importante para el otro. Tanto niños como adultos se sienten vistos, valorados y respetados cuando perciben que son importantes. Recordar la fecha de ese examen difícil, el partido de fútbol o el recital de tu hijo o hija es una forma de mostrar respeto y decirle: “Lo que te importa a ti, me importa a mí.”
- Estar presente. ¿Cuándo fue la última vez que miraste a tu hijo o hija a los ojos durante una conversación? En el mundo acelerado y lleno de tecnología en el que vivimos, es fácil estar físicamente con la familia sin estar realmente presentes. Haz una pausa, aléjate de la computadora o el celular, y entra en su mundo. Hazle preguntas sobre su vida y muestra interés genuino —esa es una manera poderosa de demostrar respeto.
- Renovar tu mente. El respeto hacia los demás empieza en nuestros pensamientos. Entrénate para tomar control de lo que piensas y reformular la manera en que ves a otros, especialmente en momentos de estrés o conflicto. Sé consciente de cómo hablas de otras personas frente a tus hijos; tu tono y tus palabras son el modelo que usarán para aprender cómo tratar a los demás.
Dar respeto para recibir respeto
Dependiendo de cómo fuiste criado, tal vez creas que los niños deben tener respeto hacia los padres o hacia otros adultos simplemente por ser mayores. Pero en realidad, el respeto no se impone: se modela y se cultiva dentro de relaciones sanas y afectuosas.
Desde una perspectiva sensible al trauma, el comportamiento irrespetuoso rara vez se trata solo de “malos modales” o rebeldía. Muchas veces, es una señal de que un niño o niña se siente ignorado, inseguro, abrumado o fuera de control. En el caso de niños que vienen de contextos difíciles, la falta de respeto puede ser una estrategia de protección desarrollada a partir de experiencias pasadas donde confiar en los adultos no era seguro. En lugar de enfocarse de inmediato en la conducta, los padres eficaces se detienen a explorar qué hay detrás de lo que están viendo.
Recuerda que el respeto es un camino de doble vía: la mejor forma de recibir respeto es darlo primero. Y cuando muestras respeto de forma constante hacia tus hijos, les estás enseñando a interiorizarlo y reflejarlo en su propia forma de relacionarse.
CONCLUSIÓN CLAVE
Los niños —especialmente aquellos que han vivido situaciones de trauma— aprenden a respetar cuando se sienten respetados. Al crear relaciones conectadas y emocionalmente seguras, y al modelar estas tres estrategias en casa, verás cómo crece la capacidad de tus hijos para establecer vínculos respetuosos contigo, con sus compañeros y con otros miembros de la familia de manera significativa.
Respeten a todos y amen a la familia de creyentes. Teman a Dios y respeten al rey. ~1 Pedro 2:17 (NTV)
APLICACIÓN
Es más fácil dar respeto cuando recordamos que todos fuimos creados a imagen de Dios. Ayuda a tu hijo a recordar lo especial que es para Dios jugando ¡Único! la próxima vez que se estén alistando para ir a la escuela. Este juego sin preparación les ayuda a reconocer las habilidades y cualidades únicas que Dios les ha dado.
Encuentra este juego y muchos más en la colección de actividades de Momentos Cotidianos™.