En el mundo quebrantado en el que vivimos, el trauma emocional, lamentablemente, es algo que todos experimentamos en algún momento. Sin embargo, cuando los niños enfrentan estas dificultades, el impacto puede ser aún más profundo.
Si estás criando a un niño que ha vivido un trauma emocional, es importante comprender cómo uno influye en el otro. Sigue leyendo para saber más.
¿Qué es el trauma emocional?
El Dr. Karl Benzio, psiquiatra certificado y miembro del equipo de liderazgo sénior en el Global Center for Mental Health, Addiction and Recovery de Liberty University, afirma: “El trauma es una experiencia angustiante, dolorosa o impactante que causa efectos dañinos a nivel psicológico, fisiológico o espiritual”.
Muchas veces pensamos en el trauma como un evento catastrófico de gran magnitud, como una guerra, un genocidio o la trágica muerte de un padre. Sin embargo, las mentes jóvenes también pueden percibir eventos más pequeños como verdaderas catástrofes.
El trauma emocional, según la Asociación Americana de Psicología (APA), es la respuesta emocional de una persona frente a un evento que sobrepasa su capacidad de afrontarlo. En los niños, este impacto suele ser aún más profundo y complicado, ya que afecta áreas clave de su desarrollo como el cerebro, las relaciones y los procesos de pensamiento.
La National Child Traumatic Stress Network también destaca que “presenciar un evento traumático que amenace la vida o la seguridad física de un ser querido puede ser traumático”. Esto es especialmente relevante en los niños pequeños, cuyo sentido de seguridad depende en gran medida de lo seguros que perciben a quienes cuidan de ellos.
Cuando los eventos traumáticos no se procesan ni se abordan, pueden dejar impactos negativos en los niños a medida que crecen. Sin embargo, con oración, con la esperanza que nos da la Palabra de Dios y con un esfuerzo diligente por apoyar a tus hijos, puedes ayudarlos a superar los efectos de estas situaciones traumáticas.
El trauma y el cerebro
Nuestra mente no procesa las experiencias sensoriales típicas de manera correcta cuando atravesamos un trauma emocional o psicológico. En lugar de archivarlas como recuerdos, nuestro cuerpo entra en modo de protección: lucha, huida, parálisis o complacencia. No procesamos esos momentos como simples memorias, sino como luchas por la supervivencia. Es ahí cuando se crean los desencadenantes.
Cada mente interpreta y categoriza los eventos de manera distinta: lo que para un niño puede ser una experiencia traumática, para otro puede ser un hecho sin mayor importancia.
Por esta razón, es importante hablar constantemente con nuestros hijos para saber cómo están procesando ciertos acontecimientos. Los niños ya tienen una forma única de ver e interpretar el mundo, por lo que pueden ser más propensos a procesar ciertas situaciones como traumáticas. Comprender cómo un niño procesa una situación permite a los cuidadores responder con empatía, ofrecer seguridad y buscar el apoyo adecuado cuando sea necesario.
Apoyando a tu hijo que ha vivido trauma
Criar a un niño que ha pasado por un trauma emocional puede ser una experiencia abrumadora y, a la vez, profundamente gratificante. Aquí te compartimos algunos consejos de crianza del equipo de terapeutas EPIC de 4KIDS, presentados ampliamente en nuestro entrenamiento gratuito mensual para padres:
- Lleva todas tus emociones a Dios. Lleva tus emociones —tanto las buenas como las difíciles— delante de Dios y recibe su consuelo y compasión. Su Palabra te ofrece a ti y a tu hijo una esperanza real y duradera que nunca falla (Romanos 5:5).
- Conéctate con tu hijo. Aprovecha las actividades de Momentos Cotidianos™ de HopeConnect™ en Español para descubrir nuevas formas de fortalecer la conexión con tus hijos. El entrenamiento EPIC también ofrece estrategias para ayudar a tu hijo a hablar de sus emociones y procesar su trauma dentro de una relación segura.
- Aprovecha tu red de apoyo. Ya sea a través de familiares, terapeutas de 4KIDS o personas de tu iglesia, utiliza la red de apoyo que Dios ha puesto a tu alrededor para ayudarte en la crianza de tu hijo.
CONCLUSIÓN CLAVE
Si tu hijo es particularmente sensible a las situaciones estresantes o está enfrentando los efectos del trauma en su vida, recuerda que no estás caminando solo junto a él en su proceso de sanidad. Dios va contigo y te ha capacitado con todos los recursos, el conocimiento y la compasión que necesitas para ayudar a tu hijo a sanar.
“No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré con mi mano derecha victoriosa.”. ~ Isaías 41:10 (NTV)
APLICACIÓN
Como padres, podemos ayudar a nuestros hijos a procesar situaciones traumáticas. Anima a tus hijos a hablar sobre sus emociones en un ambiente seguro jugando Curitas para dormir. Este sencillo juego te ayuda a conectar con ellos, colocando “curitas” físicas y espirituales sobre sus heridas emocionales.
¡Encuentra este juego y muchos más en la colección de actividades Momentos Cotidianos™!