Pero, en el libro de Números, capítulo 13, descubrimos que cuando los israelitas llegaron a la maravillosa tierra que Dios les había prometido, la miraron…
(Sombrea tus ojos con la mano y mira a lo lejos.)
… ¡y vieron que ya había personas viviendo allí! Y parecían más grandes y fuertes que los israelitas.
(Haz una cara de miedo y pon las manos en tus mejillas con expresión de sorpresa.)
Todos los israelitas clamaron a Dios: “¡No podemos entrar en la tierra que nos prometiste! ¡Parecemos saltamontes comparados con las personas que viven allí!”
(Agáchate y salta como un saltamontes.)
Pero Caleb y Josué miraron la tierra que Dios les había prometido con ojos de fe…
(Lleva las manos a los ojos como si fueran binoculares.)
… y dijeron: “¡Esta es una buena tierra que Dios ha prometido darnos!”
(Haz un pulgar hacia arriba.)
Ellos dijeron: “¡Dios ciertamente irá delante de nosotros y echará a esas personas para que podamos vivir allí en paz y seguridad, tal como prometió!”
(Pon tus brazos sobre tu cabeza para formar un techo.)
Dios no estaba contento con los israelitas por no confiar en Él y negarse a ir a la tierra que les prometió.
(Deja caer los hombros, sacude la cabeza y pon una cara triste.)
¡Pero Dios estaba muy complacido con Caleb y Josué por tener ojos de fe y confiar en que Él cumpliría Su promesa!
(¡Dos pulgares arriba!)