Como padres, una de nuestras mayores responsabilidades es enseñar a nuestros hijos las habilidades y hábitos que necesitan para tener éxito en el mundo real — ¡especialmente cómo manejar sus emociones!
Si a tus hijos les cuesta controlar sus emociones y procesarlas de forma saludable, no estás solo. Sigue leyendo para conocer las mejores técnicas de co-regulación que puedes utilizar para ayudar a tu hijo a aprender cómo manejar sus emociones de manera productiva y segura.
¿Qué son las técnicas de co-regulación?
La co-regulación ocurre cuando dos o más personas trabajan juntas para regular sus emociones. En nuestro papel como padres, esto significa que ayudamos a nuestros hijos a identificar sus emociones y a encontrar formas adecuadas de procesar lo que sienten.
Cuando usamos técnicas de co-regulación con nuestros hijos que han experimentado trauma, ayudamos a crear un ambiente seguro y lleno de amor. Como resultado, es más probable que nuestros hijos puedan florecer.
Co-regulación para todas las edades
Cuando pensamos en ayudar a los niños a manejar sus emociones, es común que pensemos primero en los más pequeños. Las técnicas de co-regulación son especialmente útiles en esta etapa, ya que los niños pequeños tienen algunas herramientas para calmarse por sí mismos, pero aún dependen del apoyo de sus padres mientras aprenden a autorregularse de manera independiente.
Sin embargo, que un niño aprenda a autorregularse no significa que deje de necesitar el consuelo de un abrazo o una voz calmada que lo ayude a enfrentar emociones difíciles. Aunque sus necesidades cambian con el tiempo, no es raro que los niños mayores —incluidos los preadolescentes y adolescentes— se sientan abrumados por sus emociones de vez en cuando. Esto es aún más común en adolescentes que han experimentado trauma o estrés tóxico, quienes pueden beneficiarse del apoyo de la co-regulación tanto como los niños más pequeños.
Cómo aplicar la co-regulación con tus hijos
La co-regulación puede parecer complicada, pero en realidad es bastante sencilla. De hecho, es probable que ya estés utilizando algunas técnicas de co-regulación. Aquí tienes algunos ejemplos:
- Nombrar las emociones. Ayuda a tu hijo a identificar lo que está sintiendo (por ejemplo: “Veo que estás enojado. ¿Podemos hablar de eso?”). Usa una tabla de emociones si es necesario.
- Conexión física. Ofrece un abrazo, toma la mano de tu hijo o colócale suavemente una mano sobre el hombro. Estos gestos brindan seguridad y pueden ayudar a regular las emociones.
- Orar. A lo largo de la Biblia, Dios promete ayudarnos en momentos de estrés. Anima a tu hijo a pedirle a Dios la fuerza y las herramientas que necesita para regular sus emociones.
Cuando practiques la co-regulación con tu hijo, concéntrate en compartir y modelar estrategias de autorregulación. Al demostrar cómo manejas tus propias emociones y guiarlo en este proceso, lo estás ayudando a desarrollar las habilidades necesarias para regularse por sí mismo.
CONCLUSIÓN CLAVE
Poner en práctica técnicas de co-regulación con nuestros hijos les enseña a procesar sus emociones de manera segura y saludable. Como padres y cuidadores, podemos incorporar estas estrategias en la vida cotidiana para acompañarlos en su crecimiento emocional.
El Señor oye a los suyos cuando claman a él por ayuda; los rescata de todas sus dificultades. El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón; él rescata a los de espíritu destrozado. ~ Salmos 34:17-18 (NTV)
APLICACIÓN
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Revisado clínicamente por Evelyn Duncan, LMHC, Practicante de TBRI